Ulises Diaz || Grupo Marmor
En un nuevo caso de discriminación, una conductora de la plataforma Didi se negó a brindar servicio a un usuario con discapacidad, argumentando que “la gente se sube y me ensucia el carro”. El pasajero, quien tenía una lesión en el pie, fue rechazado sin justificación válida, en un acto que contraviene tanto las leyes mexicanas como las políticas de inclusión de la propia empresa.
Este hecho evidencia la urgente necesidad de reforzar la capacitación en derechos humanos y trato digno entre los prestadores de servicios de transporte privado. Toda persona, sin importar su condición física, merece respeto, igualdad y acceso a la movilidad.
Se espera que la plataforma tome medidas firmes y ejemplares ante esta lamentable situación.