Ulises Diaz || Grupo Marmor
En las redes sociales está circulando un video que ha robado sonrisas y corazones por igual. Se trata del inesperado y emotivo encuentro entre una conductora de Uber con síndrome de Tourette y un pasajero que también convive con la misma condición. Lo que comenzó como un simple viaje, terminó siendo un momento de conexión genuina, risas compartidas… y sí, ¡GRITOS TAMBIEN!
En el video, ambos se reconocen casi de inmediato, no por los tics, sino por la complicidad que surge al sentirse entendidos sin necesidad de explicaciones. Entre carcajadas, bromas y un par de exclamaciones involuntarias, la escena muestra cómo la empatía y la casualidad pueden transformar un día cualquiera en una experiencia profundamente liberadora.
“Encontrar a alguien con quien puedas ser tú, sin filtros, es un regalo”, se puede leer entre los miles de comentarios que celebran este encuentro. La escena no solo normaliza el síndrome de Tourette, sino que lo humaniza y lo muestra desde un ángulo pocas veces retratado: el de la alegría compartida.
Porque sí, la vida a veces grita. Y qué bonito es cuando encuentras a alguien que grita contigo.