Ulises Diaz || Grupo Marmor
En un video que ya está dando vueltas por las redes con la fuerza de una ola gigante, un hombre decidió tocar una caracola en medio del mar, aparentemente por simple curiosidad o por si alguna sirena andaba cerca. Lo que ocurrió después dejó a más de uno con la mandíbula flotando: una imponente ballena saltó fuera del agua, a varios metros de la embarcación, como si estuviera respondiendo al llamado.
Pero la historia no quedó ahí. Como si se tratara de un bis en un concierto de música clásica oceánica, el hombre volvió a tocar la caracola… y la ballena volvió a saltar. Coincidencia cósmica o un diálogo acústico entre especies, el momento fue sencillamente majestuoso.
Algunos lo llaman magia, otros biología marina con suerte. Pero lo cierto es que esta escena nos deja con una extraña pero hermosa sensación: tal vez el océano sí escucha, y de vez en cuando… responde.