Ulises Diaz || Grupo Marmor
En un video que está dando vueltas por redes, un pequeño robot doméstico sorprende con su habilidad: lava, seca y ¡hasta dobla la ropa! Todo con una eficiencia casi mágica. Sin dudas, otro paso firme en el camino de la tecnología que llega para hacernos la vida más fácil… o al menos más cómoda.
Este tipo de inventos reflejan lo lejos que hemos llegado. Tareas que antes requerían tiempo y paciencia, ahora pueden resolverse con solo apretar un botón. Es increíble pensar que en muy poco tiempo, cosas cotidianas como esta estarán completamente automatizadas.
Pero junto a la fascinación, también aparece la pregunta incómoda: ¿cuántos trabajos desaparecerán? ¿Cuántas actividades diarias terminarán en manos (o pinzas) de una máquina? Porque aunque estos avances son impresionantes, también nos invitan a reflexionar sobre nuestro rol en este nuevo mundo donde los robots no solo ayudan… también reemplazan.
Claro, no todo es preocupación. La tecnología también abre nuevas puertas, crea oportunidades y, seamos honestos, a veces también nos da una excusa más para quedarnos en cama cinco minutos extra.