Ulises Diaz || Grupo Marmor
En una reserva natural, la cámara oculta captó una escena digna de una película… o al menos de una siesta bien acompañada. Una familia de guepardos ha decidido que su mejor compañero de sueño es nada más y nada menos que el guardabosques del lugar.
Cada noche, como si de un ritual felino se tratara, estos elegantes depredadores se acurrucan junto al humano que los ha cuidado y protegido durante años. ¿Miedo? Ninguno. ¿Ronquidos? Probablemente varios, y no todos del guardabosques.
El video, que ya circula por redes, muestra una insólita confianza entre especies, reforzando el vínculo entre el hombre y la naturaleza. Y sí, ahora entendemos por qué este guardabosques no necesita mantas: ¡tiene calefactor de guepardo edición limitada!
Una prueba más de que el respeto, el cariño y un par de galletitas (para el humano) pueden crear amistades inesperadas… y sumamente adorables.