En medio de un día cualquiera, una pequeña raya quedó accidentalmente atrapada en la orilla. Para sorpresa de todos, comenzó a dar a luz justo en ese momento. Lo que siguió fue un acto de pura compasión: personas que estaban cerca se unieron con cuidado y respeto para ayudar a la madre y a sus crías a regresar sanas y salvas al mar. 🐠🌊
Este gesto, sencillo pero poderoso, nos recuerda que el ser humano también puede ser empático, solidario y protector con la naturaleza. Aún hay razones para creer en la humanidad.