Ulises Diaz || Grupo Marmor
Durante un mitin político celebrado la noche del lunes, Eric Trump, hijo del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, pronunció una frase alarmante y profundamente ofensiva:
“Si México nos atacara, los decapitaríamos en 4 segundos”, aludiendo a una comparación entre el conflicto armado entre Israel e Irán y una hipotética agresión mexicana hacia EE. UU.
Las palabras de Trump hijo han sido duramente condenadas por diversos sectores tanto en México como en el ámbito internacional. La frase, además de irresponsable, refleja una visión peligrosamente simplista, violenta y racista de las relaciones internacionales, y exhibe una alarmante falta de sensibilidad diplomática. Utilizar el término “decapitar” en un contexto público para referirse a una nación vecina, aliada comercial e históricamente entrelazada con Estados Unidos, no solo es un acto de provocación gratuita, sino también un atentado verbal contra la dignidad del pueblo mexicano.
Este tipo de discursos normaliza la deshumanización y refuerza estereotipos xenofóbicos que han sido utilizados por figuras del entorno Trumpista para ganar capital político a costa del desprestigio y la agresión verbal hacia otras naciones, particularmente Latinoamericanas.
México merece ser tratado con respeto y dignidad. No se puede permitir que figuras públicas con plataformas tan amplias utilicen su influencia para sembrar odio, desinformación y violencia simbólica. Las autoridades mexicanas y los organismos diplomáticos internacionales deberían tomar nota de este tipo de agresiones verbales y considerar su impacto real en la opinión pública y en la estabilidad del discurso político.
La retórica bélica y despectiva no tiene cabida en un mundo que exige cooperación, diálogo y respeto mutuo.