Ulises Diaz || Grupo Marmor
A partir de hoy entra en vigor en México la conocida “Ley Silla”, una disposición que obliga a los empleadores a proporcionar asientos adecuados a los trabajadores que desempeñan funciones de pie durante largas jornadas, siempre que esto no interfiera con el desarrollo de sus actividades.
El objetivo de la ley es claro: proteger la salud y el bienestar de miles de empleados en sectores como el comercio, vigilancia, atención al cliente y servicios, donde se ha normalizado el trabajo prolongado de pie. La nueva normativa busca prevenir afectaciones físicas como fatiga muscular, problemas circulatorios, dolor lumbar y otras enfermedades ocupacionales asociadas con la falta de descanso postural.
La medida ha sido bien recibida por especialistas en salud laboral, quienes señalan que este tipo de políticas, además de mejorar la calidad de vida de los trabajadores, pueden incidir positivamente en la productividad y reducir el ausentismo por causas médicas.
Aunque en México ya existían Normas Oficiales en materia de salud ocupacional como la NOM-017-STPS-2008 y la NOM-025-STPS-2008, esta ley representa un paso más concreto y obligatorio, especialmente para los sectores privados que históricamente han descuidado aspectos básicos de ergonomía en el entorno laboral.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) anunciaron operativos de inspección para verificar el cumplimiento de esta norma, advirtiendo que su incumplimiento podrá derivar en sanciones administrativas y multas.
Esta medida ya existe en países como Argentina pionera con la Ley 12.205 desde 1935, Colombia, Chile, Perú y España, donde se han adoptado disposiciones similares en el marco de la protección de la salud ocupacional.
La entrada en vigor de la Ley Silla en México marca un avance en la agenda de derechos laborales, al reconocer que la dignidad en el trabajo no solo implica un salario justo, sino también condiciones físicas seguras y humanas.