#VIDEO || ¡Clases entre el agua! Inundación en primaria de Acolman obliga a alumnos a subirse a pupitres

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Lo que parecía una jornada escolar común se convirtió en una auténtica prueba de resistencia para los estudiantes de la primaria Benito Juárez, ubicada en Acolman, Estado de México. Tras una intensa lluvia, los salones quedaron completamente inundados, con niveles de agua que alcanzaron hasta los 30 centímetros de altura. Ante la emergencia, los alumnos no tuvieron otra opción que subirse a pupitres y mesas para evitar mojarse.

La imagen fue tan impactante como alarmante: decenas de niños con los pies en alto, tratando de salvar sus mochilas y cuadernos, mientras el agua se colaba por puertas y pisos mal sellados. Algunos salones prácticamente se convirtieron en pequeñas lagunas.

Padres de familia expresaron su preocupación e indignación ante lo ocurrido. Muchos señalan que no es la primera vez que se presentan este tipo de incidentes. “Ya lo hemos reportado antes. Cada que llueve fuerte pasa lo mismo, pero no hacen nada. ¿Qué esperan, que pase una tragedia?”, reclamó una madre visiblemente molesta al llegar por su hijo.

Además del evidente riesgo para la salud de los menores, que permanecieron varias horas en espacios húmedos y fríos, también preocupa el impacto emocional que estas situaciones tienen en ellos. “Mi hija llegó llorando, con miedo, pensó que se iba a electrocutar”, contó otro padre de familia.

Hasta el momento, no se ha dado a conocer un pronunciamiento oficial por parte de las autoridades escolares ni municipales. Sin embargo, la comunidad exige acciones urgentes, como un diagnóstico estructural del plantel, obras de drenaje y mantenimiento, y protocolos claros de protección civil.

Este tipo de eventos no solo ponen en evidencia la vulnerabilidad de muchas escuelas en el Estado de México, sino también el abandono en el que se encuentran cientos de planteles públicos en el país, especialmente en zonas donde la infraestructura no ha sido actualizada en años.

Porque aprender bajo presión puede ser una metáfora inspiradora… pero no cuando lo que presiona es el agua estancada en un salón de clases. La educación debe ser resiliente, sí, pero también digna y segura.