Israel llevó a cabo este viernes más de una docena de ataques aéreos en el sur de Líbano, específicamente en zonas montañosas de la gobernación de Nabatieh. Según el ejército israelí, los bombardeos estaban dirigidos contra instalaciones subterráneas del grupo Hizbulá, supuestamente utilizadas para almacenar armas y coordinar operaciones.
El Ministerio de Salud de Líbano confirmó la muerte de una mujer y al menos 11 personas heridas, incluyendo niños, tras el impacto de misiles en áreas residenciales. También se reportaron daños considerables a viviendas e infraestructura civil.
Israel justificó los ataques alegando que Hizbulá intentaba restablecer bases operativas cerca de la frontera, lo cual representaría una violación directa del alto el fuego firmado en noviembre de 2024. No obstante, el gobierno libanés calificó los bombardeos como una “grave agresión” y exige la retirada inmediata de las fuerzas israelíes aún presentes en territorio libanés.
Repercusiones tras la intervención de EE.UU. en el conflicto Israel-Irán
Este ataque se produce pocos días después de que Estados Unidos mediara exitosamente para evitar una escalada militar entre Israel e Irán, lo que había generado esperanzas de distensión en la región. El hecho de que Israel reavive el fuego ahora podría tener consecuencias diplomáticas serias, tanto a nivel regional como internacional.
Analistas advierten que la acción podría tensar aún más la ya frágil relación entre Israel y Líbano, así como poner en entredicho los esfuerzos diplomáticos de Washington para contener un conflicto más amplio en Medio Oriente. Además, se teme que Hizbulá, respaldado por Irán, responda con ataques, lo que podría derivar en una nueva escalada en la frontera norte israelí.
Por el momento, ni la ONU ni Estados Unidos han emitido comunicados oficiales sobre los bombardeos, aunque se espera que haya llamados al cese inmediato de hostilidades en las próximas horas.