La noche del pasado miércoles, vecinos de Iztapalapa reportaron un inusual fenómeno en el Cerro de la Estrella: pequeñas llamas parecían flotar en el aire, moviéndose erráticamente de un lado a otro, como si tuvieran vida propia. Las imágenes y testimonios rápidamente encendieron la imaginación colectiva: ¿acaso se trata de brujas, como lo sugiere la tradición popular mexicana?
Este cerro, cargado de historia y simbolismo, ha sido escenario de leyendas y rituales ancestrales. Pero más allá del folclore, también existen explicaciones naturales posibles: podrían tratarse de fuegos fatuos gases que emergen del suelo y se encienden espontáneamente, centellas, un tipo raro de rayo esférico, o incluso fogatas encendidas intencionalmente. No se descarta un show pirotécnico no autorizado, o peor aún, el inicio de un incendio provocado.
Hasta ahora, ninguna autoridad ha confirmado el origen de estas “llamas voladoras”, lo que deja espacio para la especulación… y la fascinación.
¿Fenómeno natural, truco visual, o un guiño del más allá? Lo cierto es que el Cerro de la Estrella sigue encendiendo más que fuegos: enciende la imaginación.