El 30 de julio de 2025, un fuerte terremoto de magnitud 8.8 sacudió la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, generando olas de tsunami que afectaron diversas regiones del Pacífico. En la isla Antsiferov, ubicada en las islas Kuriles, se observó un comportamiento inusual en la fauna marina: decenas de lobos marinos de Steller huyeron hacia el mar momentos antes de la llegada de las olas.
Este comportamiento se interpreta como una respuesta instintiva a las vibraciones sísmicas previas al terremoto. Aunque los científicos continúan investigando la capacidad de los animales para percibir señales sísmicas, se sabe que algunas especies muestran reacciones inusuales antes de eventos sísmicos, lo que sugiere una sensibilidad a cambios en el entorno.
El terremoto también provocó la erupción del volcán Klyuchevskoy y generó alertas de tsunami que afectaron a países como Japón, Estados Unidos, Chile y Ecuador. En Severo-Kurilsk, localidad cercana al epicentro, se registraron olas de hasta cinco metros que causaron inundaciones y daños materiales. Afortunadamente, las evacuaciones preventivas evitaron la pérdida de vidas humanas en la región.
Este evento subraya la importancia de la vigilancia sísmica y la preparación ante desastres naturales, además de destacar la necesidad de investigar las respuestas de la fauna ante estos fenómenos. Esta información podría ser clave para mejorar los sistemas de alerta temprana y comprender mejor los ecosistemas marinos.