Una intensa tormenta de arena sorprendió a varias ciudades de la costa sur de Perú, entre ellas Ica, Pisco, Paracas, Nasca y Arequipa. El fenómeno, causado por un anticiclón del Pacífico Sur, generó vientos de entre 40 y 50 kilómetros por hora conocidos como “vientos paracas”, que levantaron grandes cantidades de polvo y arena del desierto costero. La visibilidad en algunas zonas se redujo a menos de 50 metros, lo que obligó al cierre de carreteras, la suspensión de actividades turísticas y pesqueras, además de provocar la caída de árboles, postes y techos, así como cortes de energía en diversas localidades. El Servicio Meteorológico (Senamhi) informó que la alerta se mantendrá vigente hasta el 3 de agosto, por lo que pidió a la población asegurar techos y ventanas, evitar permanecer cerca de estructuras vulnerables y resguardarse en interiores. También recomendó acudir al centro de salud más cercano en caso de presentar problemas respiratorios o alérgicos debido al polvo. Este fenómeno ha sido catalogado como inusual por su magnitud y ha reabierto el debate sobre la preparación del país ante eventos climáticos extremos.