En un giro que bien podría ser el guion de una serie de suspenso político, la senadora suplente Natalie Chávez ha causado revuelo tras un incidente relacionado con el alcoholímetro. A pesar de no haber sido ella la principal protagonista del enredo (es decir, no pasó por el incómodo “soplo”, sino por la controversia que se armó después), la política no se quedó callada y decidió dar la cara.
En una declaración pública que dejó a más de uno rascándose la cabeza, Chávez no solo pidió disculpas por lo ocurrido, sino que además lanzó un fuerte mensaje: “Mi error no debe ser usado para golpear políticamente a la senadora Luisa Cortés”. ¿Quién es Luisa Cortés? La misma senadora que, según la suplente, está siendo arrastrada por este escándalo aunque, en el fondo, “nada tiene que ver” en el asunto.
A veces parece que en el mundo de la política, un pequeño tropiezo personal puede ser la excusa perfecta para desatar una tormenta. Pero Natalie Chávez, con tono casi de filósofa política, argumenta que las acciones de los demás no deben ser aprovechadas como carnada en una lucha de poder. Y si se le presta atención, en sus palabras se asoma un dejo de exasperación: “No todo lo que ocurre debe ser motivo de usarlo como arma en la guerra política”.
Así, mientras unos celebran sus disculpas, otros se quedan mirando el panorama, preguntándose si hay algo más en este asunto que aún no sabemos. Porque, claro, si la política fuera solo un juego de palabras, todos seríamos campeones. Sin embargo, el alcoholímetro, en esta ocasión, parece haber dejado una marca en la escena política, y como todo buen culebrón, los giros siguen y las piezas clave permanecen en juego. ¿Cuál será el próximo movimiento?
Mientras tanto, Natalie Chávez sigue con su misión de evitar que su metida de pata se convierta en el detonante de una guerra sin sentido, mientras defiende la trayectoria de su compañera, la senadora Luisa Cortés. Claro, en política nunca hay que subestimar la capacidad de dar un giro inesperado.
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