PRD Michoacán, una ínsula con historia

Banner

ISIDRO GALICIA/ GRUPO MARMOR.

Morelia, Mich.- 03 de septiembre.- El catastrofismo político embarga al PRD Michoacán. No es para menos. Pero en sus trayecto histórico, de aquel lejano 1989, año de su fundación, lo define y lo distingue como una de las fuerzas políticas de izquierda que se forjó a sangre y fuego, aún en contra del régimen autoritario del PRI, el partido de Estado.
Ahora, vive una de las balcanizaciones políticas que amenazan su vigencia; pese a todo, aún continúa arando en el periplo más sinuoso y complejo para sostener su existencia a lo largo de Michoacán. Tras perder su registro como partido nacional tras la elección federal del 2024, Michoacán, cuna del perredismo nacional, es uno de los estados que le dan vida y permanencia en el mosaico político estatal y nacional.
Hoy, el PRD comparte el polo de izquierda con Morena en el estado. Su futuro está condenado a las bisagras rupturistas que se gesten en el partido oficial de la entidad, hacia el proceso electivo local del 2027. Pero, su historia fue producto de profundas rebeliones regionales y locales, que asestaron golpes profundos a la legitimidad y legalidad de un régimen que caducó ante su conducta fraudulenta y un sistema autoritario.
Esa historia, no se borra ni con toda los mares de los océanos. El PRD vive una de sus etapas de mayor amenaza y de riesgo, que, deberá sortearlo al amparo de las circunstancias, de escenarios inesperado o de contextos impredecibles; es decir, se juega su existencia en Michoacán, donde esa historia es el constructo vivo en la memoria colectiva del pueblo michoacano.
El 2027 tal parece será un año de fatalismo político para el Sol Azteca. Quienes esperan su extinción y la desaparición, pretenden que se difumine esa historia de lucha combativa y de rebeliones locales, que dieron origen a las transiciones políticas futuras del país y del estado. Esa ínsula histórica es el péndulo que sostiene a un partido, que, se encuentra en una fase extintiva, pero que su endogamia de revelación y resistencia lo mantienen vivo y con una posibilidad de futuro. El PRD aún vive.