El mundo de la moda está de luto. El diseñador italiano Giorgio Armani, ícono indiscutible del estilo contemporáneo y fundador de uno de los imperios más influyentes del diseño global, falleció este miércoles a los 91 años en su residencia de Milán, según confirmó el Grupo Armani en un comunicado oficial.
La causa de la muerte fueron complicaciones respiratorias derivadas de una infección pulmonar, según fuentes cercanas a la familia. El diseñador se había retirado parcialmente de la vida pública en los últimos meses, aunque seguía participando activamente en la dirección creativa de su firma.
Conocido como “Re Giorgio” (Rey Giorgio), Armani revolucionó la moda desde 1975 con su enfoque elegante, minimalista y sofisticado. Su estilo redefinió la sastrería moderna tanto para hombres como para mujeres, eliminando estructuras rígidas y apostando por la fluidez, el confort y la elegancia discreta. Fue pionero en introducir la estética italiana en Hollywood y vestir a celebridades en alfombras rojas de todo el mundo.

Su legado trasciende la moda. Armani construyó un grupo empresarial que abarca desde alta costura y prêt-à-porter hasta perfumes, hoteles, mobiliario, deportes y gastronomía. Su fortuna personal superaba los 10.000 millones de dólares, convirtiéndolo en uno de los empresarios más influyentes de Italia.
Personalidades del mundo de la moda, el cine y la política rindieron tributo a su figura. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, lo describió como “un símbolo de excelencia italiana, un genio creativo y un trabajador incansable que inspiró al mundo entero”.
Los funerales de Giorgio Armani se realizarán de manera privada, tal como fue su deseo. Sin embargo, el público podrá rendirle homenaje en una capilla ardiente que se instalará en el Teatro Armani, en Milán, los días 6 y 7 de septiembre.
Con su partida, el mundo pierde no solo a un diseñador, sino a un verdadero arquitecto del buen gusto. Su visión perdurará en cada prenda, perfume o espacio que lleve su nombre.