Ana Daniela Barragán Ramírez, estudiante de Ingeniería en Alimentos en la FES Cuautitlán, continúa en calidad de no localizada tras la explosión de una pipa de gas LP ocurrida el miércoles en el Puente de La Concordia, en la Ciudad de México.
Una pista crucial para confirmar que la joven estuvo en el lugar del siniestro fue el hallazgo de su celular calcinado. A pesar de los severos daños, el dispositivo sonó cuando un elemento de Protección Civil, identificado como Francisco Bucio, pasaba por el área. Al responder la llamada, el rescatista logró contactar a los padres de Ana Daniela y les informó sobre el hallazgo de sus pertenencias.
Sin embargo, hasta ahora, su nombre no figura entre los 90 pacientes trasladados a hospitales, lo que mantiene la incertidumbre sobre su paradero. Su familia, amigos y compañeros han recorrido hospitales y utilizado redes sociales para solicitar apoyo ciudadano e institucional.
La FES Cuautitlán informó que mantiene comunicación con la familia de la joven y ofreció su respaldo. También, la comunidad universitaria ha expresado su solidaridad y continúa difundiendo la búsqueda.
Este hecho resalta cómo, incluso en medio del caos, la tecnología puede ser clave para establecer vínculos humanos. El celular dañado fue la única vía para acercar a la familia con la situación, marcando un momento esperanzador en una tragedia marcada por la confusión y el dolor.