La muerte de Carlos Gurrola Arguijo, un trabajador de limpieza de 47 años conocido como “Papayita”, ha conmocionado a Torreón y a todo México. Lo que en apariencia fue una “broma pesada” en su centro de trabajo terminó con un desenlace fatal y abrió un debate nacional sobre el acoso laboral disfrazado de chiste.
🕊️#INDIGNANTE || Carlos Gurrola, conocido como “Papayita”, murió tras beber desengrasante que sus compañeros pusieron en su botella “de broma”. Su familia denuncia años de acoso y maltrato laboral💔#JusticiaParaPapayita #BullyingLaboral #México pic.twitter.com/Ete1vjTsgT
— Grupo Marmor (@Marmor_Informa) September 22, 2025
El 30 de agosto, mientras cumplía su turno en la sucursal HEB Senderos, Gurrola bebió de su botella de electrolitos sin saber que sus compañeros habían vertido en ella desengrasante industrial, una sustancia altamente corrosiva. Horas más tarde colapsó con síntomas graves de intoxicación, pero no recibió atención inmediata. Su familia fue notificada con tres horas de retraso y tuvo que trasladarlo por sus propios medios a la Cruz Roja y posteriormente al IMSS Clínica 71, donde permaneció internado 19 días. Finalmente, el 18 de septiembre perdió la vida.
Lejos de ser un hecho aislado, familiares aseguran que Gurrola era víctima constante de acoso y maltratos.
En entrevista con NMás, una de sus parientes relató:
“Le hacían bullying muy seguido ahí en el supermercado, una vez le robaron su bicicleta, su celular, su lonche, le ponchaban las llantas de su bicicleta, lo regañaban, lo amenazaban y le decían que lo iban a correr”.
Otra versión apunta a que una compañera incluso habría tirado la botella contaminada, eliminando evidencia clave para la investigación.
La Fiscalía de Coahuila abrió una carpeta por homicidio calificado, y aunque aún no hay detenidos, la familia exige justicia total contra los responsables directos y las empresas que permitieron ese ambiente de violencia: HEB, como lugar donde ocurrió, y Rocasa, la contratista de limpieza que empleaba a Gurrola.
Mientras tanto, en redes sociales crece la indignación con el hashtag #JusticiaParaPapayita, y vecinos de Torreón realizaron un velorio multitudinario donde recordaron su sencillez y su cariño por la familia, a quienes mantenía con su trabajo.
Más allá del caso
El asesinato de “Papayita” expone un problema estructural: en México, muchas agresiones en los espacios de trabajo son vistas como “juegos” o “bromas”, cuando en realidad son formas de violencia laboral que minan la dignidad y, en este caso, cobraron una vida.
La pregunta que resuena ahora es:
¿Hasta cuándo las empresas y autoridades seguirán minimizando el acoso laboral que puede terminar en tragedias irreparables?