Las bodas en los ranchos se convierten en fiestas masivas, donde hasta quienes no están invitados terminan bailando.
A diferencia de una boda en la ciudad, que suele realizarse en recintos privados y elegantes, las bodas de rancho son otro mundo. La invitación es prácticamente pública: si alguien se casa, se anuncia hasta por los altavoces del lugar, y el rancho entero, junto con los vecinos, ya sabe el plan.
Uno de los elementos que no puede faltar son los grupos musicales. Es común que haya dos o tres agrupaciones de renombre que se alternan para que la música no pare en toda la noche. Mariachis, tamborazos, norteños o cumbieros: el repertorio siempre es alegre y festivo.
Por la magnitud del festejo, normalmente se debe tramitar un permiso ante el Comité Municipal de Eventos.
La celebración inicia justo al salir los recién casados de la misa, seguidos por un desfile musical encabezado por alguna agrupación. Ya en el lugar de la recepción, los invitados disfrutan de un banquete típico, que incluye asado rojo, arroz, tortillas calientes y bebidas a gusto.