La cocodrila hembra conocida como Pepa, rescatada recientemente de las aguas de la presa Las Rusias en Tonalá, Jalisco, se encuentra bajo observación y resguardo en las instalaciones de la Unidad de Rescate de Fauna Silvestre del Ayuntamiento de Tlajomulco.
Aunque nerviosa por haber perdido su hábitat natural, Pepa se mantiene en buenas condiciones de salud, recibiendo atención especializada.
Luis Cayo Cervantes, director de la Unidad de Acopio y Salud Animal de Tlajomulco, explicó que la captura fue posible gracias a que la cocodrila se encontraba con hambre, ya que aún no inicia la temporada de migración de aves que forman parte de su dieta. “No puedo decir que está ni bien ni mal, realmente no es el ecosistema adecuado. Sí tenía alimento porque aprovechaba la temporada de migración de aves y se estaba alimentando de patos. Estos días se facilitó su captura porque todavía no llega la migración como tal y el alimento está escaso”, señaló Cervantes.
El hambre del reptil permitió que los rescatistas la llevaran a una jaula para someterla a estudios preliminares y garantizar su bienestar.
El destino de Pepa aún no está definido. El funcionario explicó que permanecerá temporalmente en la Unidad de Rescate de Fauna Silvestre mientras se coordina con las autoridades correspondientes para encontrar un lugar adecuado donde reubicarla. Entre las opciones, se contempla el Estero El Salado, en Puerto Vallarta.
“No sabemos cuánto tiempo estará aquí. Hay que saber dónde se encuentra, si hay más cocodrilos chicos o grandes; es un trabajo complejo de campo”, indicó Cervantes.
Pepa pertenece a la especie Crocodylus acutus, la de mayor distribución en el Pacífico mexicano. Esta especie requiere un hábitat específico para su supervivencia, lo que hace urgente una decisión acertada sobre su reubicación.
Por ahora, Pepa vive bajo cuidado especializado, en condiciones óptimas, donde duerme, se alimenta y recibe atención constante para garantizar su salud y bienestar.