Morelia, Michoacán.- Han pasado 57 años desde la matanza de Tlatelolco y, pese al tiempo, la herida sigue abierta. El 2 de octubre de 1968 no es solo una fecha en el calendario: es un recordatorio de lo que ocurre cuando la voz de los jóvenes es silenciada con violencia.
Cada año, la frase “El 2 de octubre no se olvida” vuelve a escucharse en calles, plazas y aulas. No es consigna vacía, sino un acto de resistencia contra el olvido.
En Morelia, como en muchas ciudades del país, estudiantes y colectivos se reúnen para conmemorar aquel día, recordando a quienes marcharon con la esperanza de un México más justo y nunca regresaron.
El 2 de octubre vive en la memoria porque representa la fuerza de la juventud, el derecho a protestar y la exigencia de que la historia no se repita.