Gema Herrejón/Grupo Marmor
Uno de los nombres que hoy destaca en el automovilismo nacional es el de Marco Hernández, un michoacano que junto a su compañero Ricardo Cordero, piloto de la tripulación, lidera la edición actual de la Carrera Panamericana; la dupla llegó a Morelia tras recuperar el primer lugar de la competencia, apenas por tres segundos de diferencia, luego de haber sufrido un percance en el camino que les costó más de dos minutos de retraso.
La ruta de la tradicional carrera Panamericana, comenzó en Chiapas y ha tenido escalas en Oaxaca, Puebla, Ciudad de México y Querétaro, antes de arribar a la capital michoacana. Aún restan tres etapas de competencia que llevarán a los corredores por Guanajuato y San Luis Potosí, para finalmente concluir en Zacatecas.
La exigencia física y mental es intensa: Hernández explicó que los días comienzan desde las 5:30 o 6:00 de la mañana y la jornada en carretera se extiende por horas, con poco descanso.
El vehículo con el que compiten es un auto de carreras con 600 caballos de fuerza y velocidad gobernada a 250 kilómetros por hora, diseñado para soportar los exigentes tramos de carretera. Cada noche, los mecánicos trabajan para dejarlo listo y en perfectas condiciones para el siguiente día.
El objetivo de Marco y Ricardo no es menor, buscar un nuevo récord.
El navegante michoacano ya cuenta con siete victorias y busca alcanzar la octava, que significaría hacer historia en esta competencia.
Sobre su labor como navegador, Hernández explicó que su función va mucho más allá de acompañar al piloto; él es quien levanta y clasifica curva por curva el camino, anticipando cada tramo para que el piloto pueda atacarlo con seguridad y precisión. “Antes de que él vea la curva, yo ya le estoy diciendo cómo es, qué tan rápida o peligrosa, y eso hace la diferencia”, afirmó.
La carrera continúa y, aunque el liderato es momentáneo, Hernández y Cordero tienen claro que cada segundo cuenta en el camino hacia la meta final.