Kim Kardashian volvió a provocar a la industria de la moda íntima con un lanzamiento que ha hecho arder las redes sociales: la “Bush Thong”, una microtanga con pelo sintético creada por su marca SKIMS. Con un precio de 32 dólares (unos 630 pesos mexicanos), esta prenda se ha convertido en uno de los temas más comentados del momento. Pero detrás del escándalo visual hay algo más que simple provocación: una estrategia de marketing que demuestra cómo Kardashian domina el arte de generar conversación global.
Una microtanga que simula el vello púbico
Presentada bajo el nombre oficial “Ultimate Bush Faux Hair Panty”, la prenda está confeccionada en malla elástica ultratransparente y adornada con mechones de pelo sintético —mezcla de texturas rizadas y lisas— disponibles en doce tonos distintos para adaptarse a diferentes tonos de piel.
En el sitio web oficial de SKIMS, se describe como “nuestro panty más atrevido hasta la fecha”, hecho a mano y disponible en tallas que van desde XXS hasta 4XL. Pese a las críticas, la demanda ha sido tal que la primera tanda se agotó en menos de 24 horas, según confirmó la propia marca.
Reacciones entre el humor y la reflexión
El lanzamiento, acompañado de un video promocional al estilo de los concursos televisivos de los años 80, desató miles de reacciones en redes sociales.
Mientras algunos usuarios aplauden la iniciativa por romper tabúes sobre el vello corporal femenino y celebrar la naturalidad, otros consideran el producto como un “truco absurdo” de mercadotecnia.
En X (antes Twitter) y TikTok, la tanga se volvió meme instantáneo y detonó un aluvión de publicaciones humorísticas, consolidando un fenómeno que los expertos ya denominan “meme marketing”: cuando la viralidad espontánea vale más que cualquier inversión publicitaria.
Según un estudio de Emarketer, el 61 % de los consumidores de la Generación Z ha descubierto una marca o producto a través de memes compartidos. En este caso, el ruido mediático alrededor de la “Bush Thong” representó millones de dólares en exposición gratuita para SKIMS.
SKIMS: un imperio que se alimenta del ruido
Fundada en 2019 por Kim Kardashian, junto con Emma y Jens Grede, SKIMS nació como una marca de shapewear inclusivo, centrada en ofrecer tallas amplias y tonos de piel diversos.
En 2023, la firma fue valuada en 4 mil millones de dólares, de acuerdo con Forbes, y se posicionó como una de las compañías de moda íntima más rentables del mundo.
Su éxito no se basa solo en las ventas, sino en su capacidad para mantenerse en el centro de la cultura popular, impulsada por campañas provocadoras y colaboraciones con marcas de alto perfil como Fendi, Swarovski y Dolce & Gabbana.
La provocación como estrategia
El caso de la “Bush Thong” no es aislado: forma parte de una estrategia calculada para convertir la polémica en valor de marca.
Según The Business of Fashion, SKIMS ha sabido integrar temas como la autoaceptación, el body positivity y la diversidad dentro de una narrativa comercial poderosa. En ese contexto, esta tanga con pelo sintético no solo busca vender una prenda, sino cuestionar los estándares de belleza femenina y mantener a la marca en el centro de la conversación cultural.
Incluso críticos del sector reconocen que Kardashian sabe traducir la controversia en relevancia mediática, transformando cada lanzamiento en un evento global, más cercano al performance que al retail tradicional.
Más allá de la prenda: ¿moda o marketing?
En un mercado que supera los 85 mil millones de dólares anuales a nivel global, según NielsenIQ, la competencia entre marcas de lencería no solo se libra por calidad o diseño, sino por quién logra captar la atención del público.
Y en ese terreno, Kim Kardashian sigue marcando la pauta.
Con la “Bush Thong”, SKIMS demuestra que el verdadero lujo ya no está solo en los materiales, sino en la capacidad de generar conversación.
Provocación o ironía, marketing o empoderamiento: lo cierto es que, una vez más, Kim logró lo que mejor sabe hacer… que todos hablen de ella.