Morelia, Michoacán.– La Normal Superior de Michoacán volvió a estar en el ojo del huracán. El 15 de octubre, un grupo de normalistas encapuchados saqueó un camión repartidor de Coca-Cola, mientras el director del plantel, Gonzalo Viveros Plancarte, brillaba por su ausencia.
La directora del IEMSySEM, Mariana Sosa Olmeda, denunció públicamente la falta de autoridad y control dentro de la institución, al revelar que, una vez más, el director alegó “no saber” lo que estaba ocurriendo.
“Cada vez que se le pregunta qué pasa en la Normal, su respuesta es la misma: ‘no sé’. Es evidente que ahí no hay autoridad”, señaló la funcionaria, visiblemente molesta.
Sosa Olmeda acudió personalmente al plantel, donde encontró puertas cerradas, lonas colgadas y estudiantes cubiertos del rostro resguardando la mercancía robada. El episodio se suma a una larga lista de protestas y bloqueos encabezados por normalistas que exigen plazas automáticas, una práctica que el gobierno ya no reconoce.
La directora criticó que mientras el Estado invierte en infraestructura, materiales y docentes, un grupo minoritario mantiene secuestrada la imagen de las normales con actos que rayan en la delincuencia.
“Nada justifica que roben o retengan unidades privadas. Queremos estudiantes, no vándalos”, enfatizó.
El caso expone nuevamente la impunidad con la que operan ciertos grupos normalistas, amparados en una estructura sindical que históricamente ha bloqueado cualquier intento de reforma educativa.
Mientras tanto, el director del plantel sigue sin asumir responsabilidad, y las autoridades estatales evalúan medidas ante un escenario que combina descontrol institucional, intereses políticos y desprestigio académico.