El gobierno de Estados Unidos, a través del Departamento de Transporte (DOT, por sus siglas en inglés), revocó la autorización para 13 rutas aéreas operadas por aerolíneas mexicanas y congeló la expansión de vuelos combinados de pasajeros y carga desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
La medida responde a lo que Washington considera una violación del Acuerdo Bilateral de Transporte Aéreo firmado entre ambos países en 2015, por decretos emitidos durante la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
El Departamento de Transporte estadounidense argumentó que México adoptó decisiones unilaterales que “distorsionan la competencia” y afectan los derechos de aerolíneas norteamericanas. En particular, dos decretos federales son el centro del conflicto:
En 2022, el gobierno mexicano redujo el número de despegues y aterrizajes permitidos por hora en el AICM de 61 a 52, y en 2023 volvió a disminuirlos a 43. La medida se justificó por “saturación operativa” y seguridad aérea, pero Estados Unidos sostiene que el recorte se aplicó sin consulta bilateral, violando el principio de reciprocidad del acuerdo de 2015.
En febrero de 2023 se publicó un decreto que obligó a todas las aerolíneas de carga a abandonar el AICM y trasladar sus operaciones al AIFA. Según el DOT, esto afectó directamente a las compañías estadounidenses de transporte de mercancías, incrementando sus costos logísticos y limitando su capacidad de operación en la capital mexicana.
El gobierno de Estados Unidos considera que ambos decretos “alteran de manera sustancial el entorno de competencia equitativa” establecido por el tratado, que garantiza igualdad de
condiciones a las aerolíneas de ambos países.
De acuerdo con información difundida por medios especializados y documentos del DOT, las rutas suspendidas o sin autorización incluyen servicios de Aeroméxico, Volaris y Viva Aerobus. Entre ellas se encuentran:
- Volaris: Ciudad de México – Newark (Nueva Jersey).
- Aeroméxico: Ciudad de México – San Juan (Puerto Rico); AIFA – Houston y McAllen (Texas).
- Viva Aerobus: Rutas desde el AIFA hacia Austin, Nueva York, Chicago, Dallas, Denver, Houston, Los Ángeles, Miami y Orlando.
Además, se suspendió de manera indefinida la posibilidad de aprobar nuevas rutas mexicanas con “belly cargo” (vuelos combinados de pasajeros y carga) hacia Estados Unidos.
La autoridad estadounidense señaló que esta decisión “no busca sancionar a los pasajeros”, pero reconoció que podría afectar a miles de viajeros y operaciones logísticas entre ambos países.
Desde el gobierno mexicano, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que su administración mantiene una política de “respeto y diálogo”, pero advirtió que México “no es piñata de nadie”, en alusión a las declaraciones del expresidente Donald Trump sobre el endurecimiento de políticas comerciales.
La Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) informó que iniciará un proceso de consulta técnica con el DOT y con la Administración Federal de Aviación (FAA) para resolver las diferencias.
Por su parte, Aeroméxico y Volaris aseguraron que mantienen su operación normal en la mayoría de rutas y que cooperarán con las autoridades para garantizar el cumplimiento normativo. Viva Aerobus, en cambio, reconoció que revisa opciones para reubicar vuelos internacionales saliendo desde Monterrey o Cancún, mientras se define la situación del AIFA.
El Acuerdo Bilateral de Transporte Aéreo, firmado en diciembre de 2015, sustituyó el convenio de 1960 y permitió que aerolíneas de ambos países operaran libremente rutas comerciales, siempre bajo principios de reciprocidad, equidad y no discriminación.
El tratado fue considerado un pilar para fortalecer la conectividad aérea del T-MEC (entonces TLCAN), al eliminar límites sobre número de aerolíneas y frecuencias en la mayoría de destinos.
Sin embargo, expertos del sector advierten que la aplicación unilateral de decretos en México —sin coordinación con EE.UU.— podría reavivar tensiones similares a las que ya enfrentó el país en 2021, cuando la FAA degradó la categoría de seguridad aérea de México a nivel 2, restringiendo nuevas rutas. Esa sanción fue levantada recién en 2023 tras casi dos años de auditorías.
De acuerdo con el analista aéreo Sergio Vallejo, del Instituto Mexicano del Transporte, la medida estadounidense “envía un mensaje político y técnico: no se pueden cambiar las reglas de juego unilateralmente en un mercado binacional tan integrado”.
Por su parte, María López González, especialista en derecho aeronáutico de la UNAM, explicó que el conflicto “no implica una ruptura diplomática, pero sí un llamado de atención a la autoridad mexicana sobre la necesidad de alinear su regulación interna con los compromisos internacionales”.
En Estados Unidos, el secretario del DOT, Sean Duffy, declaró que “México canceló y congeló ilegalmente vuelos de transportistas estadounidenses durante tres años sin consecuencias; es momento de restaurar el equilibrio”.
Implicaciones y próximos pasos
La revocación de rutas afecta principalmente la conectividad del AIFA con el mercado estadounidense, uno de los ejes estratégicos del sistema aeroportuario mexicano. De acuerdo con la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), más del 70 % del tráfico internacional de pasajeros y carga de México depende de rutas hacia Estados Unidos.
El gobierno mexicano anticipa que el tema será discutido en el marco del Comité Bilateral de Transporte Aéreo, previsto para noviembre, donde ambas partes buscarán un acuerdo técnico que evite una escalada comercial.
La suspensión de 13 rutas aéreas mexicanas por parte de Estados Unidos evidencia las tensiones regulatorias entre ambos países en materia de aviación civil. Aunque el diálogo diplomático sigue abierto, los ajustes en el AICM y el AIFA se perfilan como elementos clave para recuperar la confianza bilateral y garantizar condiciones equitativas en el espacio aéreo compartido.



















