Home office parcial impulsa productividad y retención de talento en México

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El trabajo remoto en México dejó de ser una medida temporal para convertirse en una práctica estable dentro de muchas empresas. Actualmente, el modelo híbrido —que combina días presenciales y trabajo desde casa— se ha consolidado como el esquema preferido tanto por empleadores como por trabajadores.

De acuerdo con especialistas en recursos humanos, las organizaciones que adoptan esta modalidad registran una mayor productividad, retención de talento y sentido de pertenencia entre sus colaboradores. En contraste, las compañías que han regresado por completo al formato presencial enfrentan menor compromiso y eficacia en sus equipos.

Tania Arita, directora de Reclutamiento en ManpowerGroup, explicó que el modelo híbrido puede igualar o incluso superar el rendimiento del trabajo presencial, siempre que exista liderazgo remoto efectivo, claridad en los objetivos y herramientas tecnológicas adecuadas. No obstante, advirtió que el cambio de ubicación laboral no garantiza mejores resultados si no se establecen condiciones que fomenten la colaboración y la supervisión.

Estudios recientes confirman que el teletrabajo favorece las tareas que requieren concentración y autonomía, aunque aún representa desafíos en temas de comunicación y equilibrio entre la vida personal y profesional.

Durante la pandemia, entre 2020 y 2021, la fuerza laboral mexicana experimentó un cambio radical al migrar a la virtualidad casi total. A partir de 2022, las empresas comenzaron a implementar esquemas híbridos con el objetivo de equilibrar la productividad y el bienestar del personal.

Un estudio de Cimad aplicado en México y otros países de América Latina reveló que más del 70% de los encuestados evalúa positivamente el teletrabajo, mientras que en México la cifra asciende a 84%. Además, el 76% considera que su puesto se adapta de manera óptima al home office.

En 2025, el esquema híbrido ya no es una excepción, sino la nueva normalidad laboral en México, marcando un cambio profundo en la forma de trabajar, liderar y medir la productividad.