La conocida narrativa del ser monstruoso creado por la humanidad resurge a través del lente del cineasta mexicano Guillermo del Toro, quien convierte a Frankenstein en una representación de la soledad, la búsqueda de identidad y el deseo de amor.
En esta renovación, Del Toro se aparta del horror convencional para profundizar en la esencia del ser: una entidad que desconoce su procedencia, pero que busca pertenencia. El director de Guadalajara describe su interpretación como la de “un infante desubicado en busca de su verdadera identidad”, representando el abandono y la pureza que residen incluso en las criaturas más incomprendidas.
La cinta, que incluirá actuaciones de Oscar Isaac, Mia Goth y Jacob Elordi, promete ofrecer una perspectiva más emotiva y filosófica del original de Mary Shelley. Más allá de ser meramente un relato de terror, Frankenstein se transforma en un viaje que revela el sufrimiento de vivir y la anhelante búsqueda de conexión.
A través de esta creación, Del Toro reafirma su distintivo estilo: conferir voz y alma a los monstruos, recordándonos que en su vulnerabilidad se encuentra lo más humano.