Más de una tercera parte de la población mexicana presenta deficiencia de vitamina D

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Más de un tercio de la población mexicana vive con niveles insuficientes de vitamina D, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) y análisis recientes de instituciones como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Esta deficiencia se ha convertido en un problema silencioso de salud pública que afecta a niños, mujeres y adultos por igual, incluso en un país con amplia exposición solar.

Un déficit que avanza a pesar del sol

La vitamina D es esencial para la absorción del calcio y el fortalecimiento de huesos y músculos, pero también influye en el sistema inmunológico y en la prevención de enfermedades crónicas. Sin embargo, estudios nacionales estiman que entre el 30 % y el 40 % de los mexicanos presentan deficiencia, y más del 50 % tiene niveles por debajo de lo recomendado.

Según especialistas del IMSS, esta situación se explica por diversos factores: la vida urbana y el trabajo en interiores reducen la exposición directa al sol; el uso de bloqueadores solares limita la síntesis cutánea de la vitamina; y la dieta mexicana aporta muy poca cantidad de este nutriente, presente sobre todo en pescados grasos, lácteos fortificados y yema de huevo.

Niños y mujeres, los más afectados

La ENSANUT Continua 2022 reveló que el 37 % de las mujeres en edad reproductiva y una proporción similar de niños en edad escolar presentan deficiencia de vitamina D. Estas cifras preocupan porque el déficit durante la infancia puede alterar el crecimiento óseo, y en las mujeres puede afectar el metabolismo y el sistema inmunológico.

Médicos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” advierten que la deficiencia de vitamina D en etapas tempranas de la vida se asocia con mayor riesgo de padecer raquitismo, osteoporosis, obesidad y trastornos metabólicos en la edad adulta.

Factores de riesgo y consecuencias

El sobrepeso y la obesidad, que afectan a más del 70 % de la población adulta mexicana, son factores que agravan la deficiencia. La vitamina D, al ser liposoluble, tiende a quedar atrapada en el tejido graso, reduciendo su disponibilidad en la sangre.

Además, se ha encontrado que los adultos mayores con niveles bajos de esta vitamina presentan un mayor riesgo de debilidad muscular, caídas y fracturas. Investigaciones nacionales también han relacionado la deficiencia con un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y alteraciones inmunológicas.

Recomendaciones de especialistas

Los expertos en salud recomiendan aumentar la exposición solar diaria (de 10 a 15 minutos en brazos y piernas, sin protector, preferentemente antes de las 10 de la mañana o después de las 4 de la tarde), así como consumir alimentos ricos o fortificados con vitamina D. En algunos casos, los médicos pueden indicar suplementos, especialmente en mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con obesidad.

El IMSS y la Secretaría de Salud coinciden en que es necesario fortalecer las políticas públicas para la prevención y detección temprana de esta deficiencia, mediante estrategias de educación nutricional y, eventualmente, fortificación alimentaria.

Un reto para la salud pública

A pesar de la abundante luz solar en el territorio mexicano, la deficiencia de vitamina D se mantiene como un desafío creciente. Los especialistas coinciden en que no se trata de un problema exclusivo de países con climas fríos, sino de un fenómeno vinculado al estilo de vida moderno y a hábitos alimenticios insuficientes.

En consecuencia, más de la tercera parte de los mexicanos enfrenta un déficit que, aunque silencioso, puede tener implicaciones a largo plazo para la salud ósea, metabólica e inmunológica de la población.