El tradicional espíritu navideño de Coca-Cola, símbolo de unión y calidez desde hace más de medio siglo, ha tropezado con la era tecnológica. Su nuevo anuncio de Navidad, creado en gran parte con inteligencia artificial, generó críticas por parte de los consumidores y expertos en marketing que lo consideran “frío”, “extraño” y “poco humano”.
El spot —una reinterpretación de su clásico desfile de camiones rojos— combina escenarios nevados y personajes digitales que celebran la llegada del invierno. Sin embargo, lo que pretendía ser un homenaje moderno a la magia de las fiestas terminó desatando una conversación global sobre los límites de la creatividad automatizada.
Usuarios en redes sociales detectaron detalles que no pasaron desapercibidos: rostros asimétricos, objetos mal renderizados y un Papá Noel con una sonrisa inquietante. Más allá de lo técnico, muchos espectadores señalaron que el anuncio carece del “corazón” que siempre distinguió a la marca.
Mientras tanto, Coca-Cola defendió su propuesta asegurando que la IA forma parte de su apuesta por “explorar nuevas formas de contar historias”. Sin embargo, el público parece no estar listo para que los algoritmos reemplacen la nostalgia navideña que durante décadas ha sido su sello.
El caso deja una reflexión clara: la tecnología puede crear imágenes deslumbrantes, pero la emoción humana sigue siendo el ingrediente que ninguna inteligencia —por más artificial que sea— puede imitar.