Tormenta solar provoca auroras boreales en buena parte de EE. UU.: qué son y cómo verlas

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Una intensa tormenta solar está generando un espectáculo inusual en el cielo de gran parte de Estados Unidos. Las auroras boreales, normalmente visibles solo en regiones del norte como Alaska o Canadá, se han dejado ver en estados tan al sur como Carolina del Norte, Oklahoma o California del Norte, debido a una serie de erupciones solares que alcanzaron la Tierra esta semana. Autoridades científicas advierten, además, de posibles alteraciones en las comunicaciones y redes eléctricas.

El Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC, por sus siglas en inglés) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) informó que el fenómeno se debe a una tormenta geomagnética clasificada como G4 (severa), una de las categorías más altas en la escala que mide la perturbación del campo magnético terrestre.

Esta actividad es consecuencia de varias eyecciones de masa coronal (CME), grandes nubes de plasma solar que viajan por el espacio y que, al impactar con la magnetosfera terrestre, generan intensas corrientes eléctricas. Dichas interacciones son las responsables tanto de las auroras boreales como de posibles interferencias tecnológicas.

El organismo explicó que las condiciones actuales pueden provocar fluctuaciones en las redes eléctricas de alta tensión y afectar las señales de radio, GPS y satélites, aunque no representan peligro directo para la población.

¿Por qué se ven las auroras más al sur?

Las auroras boreales se forman cuando partículas cargadas del viento solar chocan con átomos y moléculas en la atmósfera superior de la Tierra, principalmente oxígeno y nitrógeno. Este proceso libera energía en forma de luz, que se percibe como cortinas o bandas de colores verdes, púrpuras o rojizas.

En condiciones normales, el fenómeno se limita a las zonas polares, pero una tormenta geomagnética intensa expande el llamado “óvalo auroral”, permitiendo que las luces sean visibles desde latitudes mucho más bajas. En esta ocasión, los expertos señalan que las auroras podrían observarse en más de veinte estados del país, especialmente durante las noches despejadas de esta semana.

“Estamos atravesando una fase de alta actividad solar dentro del ciclo de 11 años del Sol, lo que incrementa la frecuencia de tormentas geomagnéticas”, explicó el astrofísico William Murtagh, coordinador del SWPC. “Estas condiciones ofrecen una oportunidad extraordinaria para observar auroras en regiones donde rara vez aparecen”.

¿Cómo y cuándo observarlas?

Los científicos recomiendan alejarse de zonas urbanas para evitar la contaminación lumínica y mirar hacia el norte durante la noche, preferentemente entre el atardecer y el amanecer. Un cielo despejado y sin luna facilita la observación.

El fenómeno puede registrarse a simple vista, aunque las cámaras con exposición prolongada o modo nocturno permiten captar detalles de color y forma con mayor claridad. En redes sociales, miles de usuarios ya han compartido imágenes desde estados como Michigan, Kansas y Pensilvania, donde las auroras pintaron el cielo de tonos verdosos y violetas.

Posibles efectos y precauciones

La NOAA y la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) mantienen vigilancia permanente ante posibles impactos de la tormenta solar. Aunque para el público los efectos son principalmente visuales, se prevén interrupciones temporales en sistemas de comunicación, navegación y operaciones satelitales.

Según especialistas, las tormentas geomagnéticas severas pueden inducir corrientes en líneas eléctricas de transmisión y alterar la precisión de sistemas GPS utilizados en aviación o transporte marítimo. Sin embargo, la mayoría de los efectos son temporales y las redes críticas cuentan con protocolos de protección.

El incremento de la actividad solar forma parte del actual máximo del ciclo solar, una etapa que ocurre cada 11 años y que se caracteriza por una mayor frecuencia de manchas y erupciones solares. Los expertos prevén que estos fenómenos continúen durante los próximos meses, por lo que podrían repetirse eventos de auroras visibles en latitudes medias.

Mientras tanto, millones de personas en Estados Unidos disfrutan de un fenómeno poco común: un recordatorio de la conexión directa entre nuestro planeta y la energía del Sol.