La avispa asiática se afianza en España: seis años de expansión sostenida inquietan a expertos y autoridades

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La avispa asiática (Vespa velutina nigrithorax), catalogada como especie invasora en la Unión Europea, ha experimentado un notable incremento territorial en España durante el último sexenio. La especie, introducida accidentalmente en Europa hace dos décadas, continúa extendiéndose por el norte peninsular y empieza a aparecer de forma aislada en zonas del interior. La detección temprana sigue siendo la herramienta más eficaz para contenerla.

Un avance que no se detiene

Equipos de seguimiento ambiental en distintas comunidades autónomas han constatado un crecimiento continuo del número de nidos localizados. Aunque cada territorio aplica sus propios sistemas de vigilancia, existe consenso en un punto: la avispa asiática mantiene un ritmo sostenido de expansión desde 2018, con un aumento significativo tanto en nidos primarios (los que surgen a inicios de primavera) como en nidos secundarios, más grandes y difíciles de retirar.

Actualmente, la especie está asentada en la franja norte del país, donde las condiciones climáticas (temperaturas suaves y elevada humedad)  favorecen su reproducción. En los últimos años, cuerpos de emergencia y equipos de control han reportado focos puntuales en provincias del interior y suroeste, lo que indica que la especie comienza a adaptarse a entornos más diversos.

Efectos sobre los ecosistemas y la apicultura

El principal impacto de Vespa velutina recae sobre las abejas melíferas, que forman parte esencial de la polinización de cultivos y ecosistemas naturales. La especie caza a las abejas en las entradas de las colmenas, lo que debilita significativamente a los enjambres.

La investigadora María Galindo, especialista en ecología de insectos en una universidad pública del norte del país, señala que “la reducción de abejas en zonas donde la avispa asiática se establece de forma permanente ya se está reflejando en la producción apícola y en la disponibilidad de polinizadores locales”.

Además, la presencia de nidos en entornos urbanos y periurbanos incrementa la probabilidad de incidentes con personas. Aunque las picaduras suelen ser comparables a las de otras avispas, los servicios sanitarios recuerdan que la peligrosidad aumenta ante ataques múltiples o en personas con alergias no diagnosticadas.

¿Cómo reconocerla y actuar sin riesgos?

Los equipos de protección civil insisten en que la población no intente retirar nidos por cuenta propia. La avispa asiática forma nidos grandes, de apariencia esférica o en forma de pera, ubicados generalmente en copas de árboles, fachadas o estructuras altas.

Las principales recomendaciones son:

  • Notificar inmediatamente cualquier posible nido a los servicios municipales o al número de emergencias.
  • Evitar aproximarse a nidos grandes, especialmente en verano, cuando la colonia alcanza su tamaño máximo.
  • Observar la presencia de ejemplares con tórax oscuro, abdomen con una banda ancha anaranjada y patas con extremos amarillentos, características distintivas de la especie.
  • Registrar avistamientos en plataformas de ciencia ciudadana que colaboran en el seguimiento de especies invasoras.
  • La eliminación temprana de nidos primarios, pequeños y construidos por la reina en primavera, es una de las estrategias más efectivas para limitar la expansión anual.

El reto de los próximos años

Expertos ambientales coinciden en que la avispa asiática se mantendrá como uno de los desafíos de biodiversidad más relevantes en España durante la próxima década. Su capacidad de adaptación, la ausencia de depredadores naturales consolidados y su elevada eficiencia reproductiva obligan a reforzar los programas de vigilancia y control.

Las administraciones trabajan ya en campañas de sensibilización y en mejorar los protocolos de retirada, mientras que los apicultores reclaman herramientas adicionales para proteger las colmenas sin afectar a otras especies beneficiosas.