José Ramiro “Pepín” López Obrador, secretario de Gobierno de Tabasco y hermano del expresidente Andrés Manuel López Obrador, causó una fuerte controversia al afirmar que un gran número de casos reportados como desapariciones en el estado en realidad responden a ausencias voluntarias. Durante su comparecencia en el Congreso local, dijo que muchas de estas personas “se van”, pero cuando regresan, no entregan aviso a la Fiscalía.
Según sus declaraciones, existen 4,807 reportes de personas desaparecidas en Tabasco, cifra histórica que incluye casos de administraciones pasadas. De ese total, afirmó que 2,771 personas ya han sido localizadas. López Obrador justificó la discrepancia diciendo que algunas familias interponen denuncias y luego no actualizan la información una vez que sus seres queridos regresan.
“Muchas veces estas personas… se van”, dijo. “A veces regresan a sus casas y no dan aviso a la fiscalía… ahora sí que, como dice la canción … no andaban perdidos, andaban de parranda”.
Sus palabras provocaron indignación entre colectivos de búsqueda, organizaciones civiles y legisladores, quienes señalaron que trivializan la gravedad del fenómeno de desapariciones, en un contexto nacional con una crisis persistente: México acumula más de 110 mil personas desaparecidas.
Además, López Obrador aprovechó para recalcar los avances de la administración estatal: mencionó que en el último año se han localizado 215 personas no localizadas, y aseguró que incluso cuando no regresan con vida, las familias se sienten agradecidas por recuperar los restos de sus seres queridos.
La polémica se suma al debate público sobre su patrimonio. En semanas recientes ha sido criticado por poseer ocho ranchos, adquiridos durante el sexenio de su hermano Andrés Manuel López Obrador, y por tener 694 cabezas de ganado por un valor declarado de 10.4 millones de pesos. Él ha rechazado irregularidades: “mis declaraciones patrimoniales son públicas, no escondo absolutamente nada”, declaró.