Osmel Sousa: el “zar de la belleza” detrás del triunfo de Fátima Bosch

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El triunfo de Fátima Bosch en Miss Universo no solo quedó marcado por la emoción vivida en Tailandia, sino también por las voces mexicanas que le recordaron que no estaba sola. Afuera del hotel donde se hospedaba, un grupo de compatriotas se reunió para dedicarle una serenata que la hizo llorar al escuchar “Cielito lindo” acompañado de gritos de “¡México, México!” y “¡Sí se puede!”.

Apenas coronada, la reina mexicana expresó que esta victoria llevaba un nombre muy especial: Osmel Sousa. Dijo que él fue la persona que vio en ella un potencial que ni ella misma había reconocido, y que la acompañó con consejos que marcaron su camino. La mexicana, de 25 años, compartió para Imagen Televisión que su corona estaba dedicada al “zar de la belleza”, figura que considera clave en su formación.

“Esta corona se la quiero dedicar a don Osmel Sousa, al zar de la belleza , él fue quien me descubrió, él fue quien creyó en mí , él fue quien vio algo especial en mi cuando yo ni siquiera lo veía, él me dio todos los consejos; decirle que lo quiero mucho, que lo extraño muchísimo y que esta corona se la dedico a Osmel Sousa”, expresó.

La historia de Osmel Sousa es extensa y determinante en el universo de los certámenes. Nacido el 26 de septiembre de 1946 en Rodas, Cienfuegos, Cuba, emigró a Venezuela siendo joven para construir ahí una carrera que más tarde revolucionaría la industria de la belleza. Antes de siquiera acercarse al Miss Venezuela, trabajó como asesor de imagen, actor, diseñador, exmodelo y dibujante publicitario, además de participar en talleres de moda. Su talento para detectar “madera de reina” lo convirtió en una figura legendaria.

Durante casi cuatro décadas —de 1981 a 2018— presidió la Organización Miss Venezuela, transformándola en una máquina de campeonas. Bajo su dirección, el país obtuvo 7 Miss Universo, 6 Miss Mundo y 8 Miss Internacional, posicionando al certamen como referencia mundial. Su defensa abierta de los procedimientos estéticos y su rigurosidad en pasarela, dicción y presencia escénica modificaron para siempre la preparación de las reinas.

Su primera gran victoria ocurrió con Maritza Sayalero, Miss Universo 1979, un logro que lo proyectó internacionalmente aun antes de presidir la organización. Desde entonces, su reputación creció como la de un cazador de talentos nato, famoso por reconocer potencial incluso cuando no era evidente para otros.

En el caso de Fátima Bosch, Sousa predijo que la mexicana llegaría a la final junto a Tailandia. Y cuando su pronóstico se cumplió —con la mexicana coronada— celebró su triunfo. Con sus declaraciones directas y en ocasiones polémicas, Osmel también incursionó en la televisión con el reality “Osmel Sousa: La Magia de Ser Miss”, además de participar como jurado en programas como “Nuestra Belleza Latina”, donde su carácter crítico lo volvió tan admirado como temido.

Aunque anunció su retiro en 2019, volvió a los escenarios de la belleza para liderar Miss Universe Argentina y Paraguay, reimpulsando ambas franquicias. En el gremio, sigue siendo reconocido por su memoria prodigiosa para detalles y rostros de cientos de candidatas que pasaron por sus manos.

Para Fátima, su victoria no solo fue un triunfo personal, sino un homenaje a México, a su familia y a quien la vio brillar antes de que ella misma lo hiciera: Osmel Sousa.