El hígado graso, o enfermedad del hígado graso no alcohólico, es una de las afecciones hepáticas más frecuentes a nivel mundial y suele relacionarse con obesidad, resistencia a la insulina y síndrome metabólico. Ante el diagnóstico, uno de los temas que más dudas genera es la alimentación: ¿se puede consumir huevo con normalidad? ¿El café es recomendable o perjudicial? Diversas investigaciones y especialistas en nutrición coinciden en que ambos alimentos pueden formar parte de una dieta equilibrada sin agravar la enfermedad.
El huevo: de mito a alimento permitido
Durante décadas se asumió que el huevo, especialmente su yema por su contenido de colesterol, podía dañar el hígado o favorecer la acumulación de grasa hepática. Sin embargo, estudios recientes han desestimado esta creencia. Nutricionistas clínicos señalan que el huevo aporta colina, un nutriente esencial que participa en el metabolismo de las grasas en el hígado y cuya deficiencia puede relacionarse con mayor riesgo de esteatosis hepática.
Investigaciones poblacionales también han sugerido que el consumo moderado de huevo no se asocia con un incremento del riesgo de hígado graso. Al contrario, una ingesta adecuada de colina (presente en la yema) podría incluso tener un papel protector. Especialistas consultados destacan que, dentro de una dieta variada, un huevo al día suele ser seguro para personas con esta condición, siempre que no existan contraindicaciones específicas.
El café: un posible aliado para el hígado
El café también ha sido objeto de múltiples estudios debido a su contenido de antioxidantes y compuestos bioactivos. Metaanálisis recientes indican que las personas que consumen café de manera regular presentan menor riesgo de desarrollar hígado graso y menor progresión hacia fibrosis o inflamación hepática.
Profesionales de instituciones reconocidas, como la Clínica Mayo y la Universidad de Navarra, explican que entre dos y tres tazas diarias podrían ofrecer beneficios, especialmente si se consume sin azúcar añadida ni cremas. Además, varios trabajos concluyen que incluso el café descafeinado parece mantener efectos positivos, lo que sugiere que sus compuestos antioxidantes, más que la cafeína, serían responsables del beneficio.
Recomendaciones generales de los expertos
- Aunque huevo y café no están prohibidos para quienes viven con hígado graso, los especialistas insisten en que la clave está en el patrón alimentario global. Entre las recomendaciones más extendidas:
- Priorizar una dieta tipo mediterránea, rica en frutas, verduras, granos integrales, legumbres, frutos secos, aceite de oliva y pescado.
- Reducir el consumo de bebidas azucaradas, productos ultraprocesados, harinas refinadas y grasas saturadas o trans.
- Mantener un déficit calórico controlado en caso de sobrepeso, ya que perder entre 5 % y 10 % del peso corporal puede reducir significativamente la grasa hepática.
- Realizar actividad física de manera regular para mejorar la sensibilidad a la insulina y favorecer el metabolismo de las grasas.
La evidencia científica actual indica que ni el huevo ni el café están contraindicados en personas con hígado graso; por el contrario, cuando se consumen con moderación y dentro de una dieta equilibrada, pueden integrarse sin riesgo. El manejo de esta enfermedad depende principalmente de cambios sostenidos en el estilo de vida, combinando alimentación saludable, control del peso y actividad física.

















