Durante la inauguración de la 39ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) 2025, el escritor franco-libanés Amin Maalouf, galardonado con el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, ofreció un discurso que capturó el espíritu de la edición y planteó una reflexión profunda sobre los dilemas y esperanzas de la humanidad contemporánea.
Maalouf reconoció que vivimos en “una época desconcertante, a veces incluso aterradora”, marcada por guerras, regresiones a nacionalismos y crisis morales. Pero al mismo tiempo la describió como “la más fascinante que la humanidad haya vivido desde los albores de la Historia”: una era de avances científicos y tecnológicos inimaginables que ofrecen posibilidades extraordinarias.
El escritor convocó a enfrentar este momento con conciencia: hay que “estar al mismo tiempo inquietos y maravillados”, aceptar las contradicciones del presente sin resignarse, y usar la literatura como herramienta para alcanzar empatía, diálogo y comprensión entre culturas. Según Maalouf, “el progreso tecnológico debe ponerse al servicio de la dignidad humana, no al revés”.
En su intervención recordó con nostalgia que de niño acompañaba a su padre a las imprentas, lo que despertó su pasión por observar “el curso del mundo”. Ese espíritu —dijo— alimenta la convicción de que la literatura tiene hoy más sentido que nunca: como puente entre culturas, como defensa del pluralismo, como faro de conciencia en tiempos turbulentos.
Ante un mundo donde “la técnica avanza sin pausa, y la moral humana tropieza”, Maalouf instó a no caer en la nostalgia, sino a apropiarse del progreso con responsabilidad, con ética, con empatía. “O sobrevivimos juntos —advirtió— o desaparecemos juntos.”