El empresario tailandés Nawat Itsaragrisil, presidente del comité organizador de Miss Universo 2025, presentó una denuncia penal en Tailandia contra la mexicana Fátima Bosch, actual ganadora del certamen. El directivo sostiene que la reina emitió declaraciones falsas en su contra al afirmar que él la llamó “tonta”, lo que (según su postura) ha provocado un daño directo a su imagen pública y a sus relaciones comerciales.
Conflicto durante el certamen
El incidente que originó el conflicto ocurrió el 4 de noviembre de 2025, durante uno de los ensayos previos a la final del concurso. De acuerdo con el testimonio difundido por Bosch y retomado por diversos medios internacionales, Itsaragrisil la habría insultado públicamente al referirse a ella como “tonta” tras un desacuerdo operativo relacionado con las indicaciones del equipo de producción.
La situación generó tensión inmediata dentro del recinto. Testigos relataron que varias participantes abandonaron la sala como muestra de apoyo a la mexicana, entre ellas la reina saliente del certamen. La escena se volvió viral y desencadenó un debate global sobre el trato hacia las concursantes dentro de concursos de belleza de alto perfil.
Tras el altercado, Bosch brindó declaraciones en las que afirmó haber recibido un trato “humillante” por parte del directivo y señaló que el incidente la afectó emocionalmente, aunque continuó en competencia hasta obtener la corona días después.
La versión de Nawat Itsaragrisil y el contenido de la denuncia
Días después del certamen, la organización de Miss Universo Tailandia emitió un comunicado donde negó que Itsaragrisil hubiera insultado a la modelo mexicana. Según esta versión, lo que se escucha en las grabaciones del ensayo corresponde a la palabra “daño” en inglés (“damage”), lo que —afirman— pudo ser malinterpretado debido al acento y al ruido ambiental.
El documento legal presentado por el empresario incluye acusaciones de difamación, injuria e incitación al odio. Sostiene que las declaraciones públicas de Bosch provocaron ataques en redes sociales, cancelación de reuniones con socios comerciales y una afectación directa a su reputación internacional dentro de la industria de certámenes de belleza.
La denuncia fue registrada en la comisaría de Watphrayakhrai, en el sur de Bangkok. En ella se advierte que, si la reina continúa realizando declaraciones públicas que él considere falsas, podrían abrirse procedimientos adicionales “con todo el rigor de la ley”. Autoridades tailandesas ya han recibido declaraciones tanto del denunciante como de representantes del certamen, con lo que el proceso legal avanza de manera formal.
Repercusiones en el ámbito del certamen
La disputa legal ha provocado un nuevo foco de controversia sobre Miss Universo 2025, un evento que ya enfrentaba críticas por supuestos actos de favoritismo, tensiones internas y cuestionamientos sobre la transparencia de sus operaciones.
La organización de Miss Universo Tailandia ha solicitado a medios y creadores de contenido evitar difundir información no verificada sobre el caso, al considerar que podrían convertirse en partícipes de difamación si contribuyen a expandir versiones sin sustento legal.
Por su parte, Fátima Bosch no ha dado una postura oficial sobre la denuncia desde que esta fue presentada. Su equipo se ha limitado a indicar que la reina continúa atendiendo compromisos de agenda y que cualquier declaración será emitida por los canales correspondientes.
El episodio también ha reavivado discusiones sobre el trato hacia las participantes en concursos internacionales, la presión mediática a la que están expuestas y la responsabilidad de las organizaciones en garantizar espacios laborales seguros y libres de violencia verbal o psicológica.
Qué sigue: proceso legal y escrutinio mediático
El sistema judicial tailandés determinará si las declaraciones de Bosch constituyen un delito bajo la legislación local, donde la difamación tiene implicaciones tanto civiles como penales. En caso de que proceda, las sanciones podrían incluir multas, reparaciones económicas y otras medidas determinadas por el tribunal.
Para los medios de comunicación, el caso plantea un desafío adicional: la necesidad de informar sobre un conflicto ya judicializado sin caer en especulaciones. La forma en que evolucione este proceso podría influir en la cobertura futura del certamen y en la percepción pública tanto de la organización como de la reina mexicana.
La denuncia de Nawat Itsaragrisil contra Fátima Bosch abre un capítulo legal y mediático en el ya complejo panorama de Miss Universo 2025. Mientras ambas partes sostienen versiones opuestas sobre lo ocurrido, será el ámbito judicial el encargado de determinar si existió o no difamación. El caso podría convertirse en un precedente relevante sobre el manejo de conflictos y declaraciones públicas dentro de los certámenes internacionales de entretenimiento.
