Con la llegada de diciembre, miles de hogares comienzan a preparar su Corona de Adviento para vivir la espera de la Navidad de una forma más consciente y significativa. Esta tradición cristiana —apropiada desde Europa y adoptada en todo el mundo— no es solo decorativa: cada vela encendida simboliza una etapa espiritual en el camino hacia el nacimiento de Jesús.
Este año 2025, las fechas para encender las velas de la Corona de Adviento son las siguientes: el domingo 30 de noviembre se encendió la primera vela (morada) que simboliza la esperanza; el segundo domingo, 7 de diciembre, corresponde a la segunda vela (también morada), símbolo de la preparación y la búsqueda de paz; el domingo 14 de diciembre se prende la tercera vela (de color rosa), que representa la alegría ante la cercanía de la Navidad; y el domingo 21 de diciembre se ilumina la cuarta vela (morada nuevamente), que simboliza el amor y la unión espiritual.
Además, en muchas tradiciones se añade una quinta vela de color blanco en el centro de la corona, la cual se enciende en la Nochebuena —el 24 de diciembre (o en Navidad) el 25 de diciembre para representar la llegada de la luz de Cristo y la culminación del tiempo de espera.
La Corona de Adviento, con su follaje verde eterno, su forma circular y las velas que se van encendiendo gradualmente semana tras semana, invita a la reflexión, la esperanza, la fe, la alegría y el amor. Más allá de un adorno navideño, es un símbolo espiritual que acompaña a las familias en la preparación para celebrar la Navidad con corazón abierto.