Con la celebración de la Copa Mundial 2026 a la vista, autoridades de salud en México ya alistan un sistema de vigilancia epidemiológica especial para recibir a miles de visitantes de todo el mundo. En la capital, por ejemplo, se prevén filtros sanitarios en aeropuertos, hospitales de referencia listos para casos sospechosos y protocolos de aislamiento preparados (todo coordinado por el sector salud).
El contexto de una reunión masiva como ésta implica riesgos importantes: transmisión de enfermedades contagiosas (como sarampión, tos ferina u otras infecciones), brotes en entornos con agua o saneamiento deficitario, la reaparición de enfermedades transmisibles, así como posibles impactos relacionados con calor extremo, deshidratación, saturación de servicios médicos, entre otros.
Por ello, las autoridades recomiendan que quienes asistan al Mundial (tanto visitantes como locales) actualicen sus esquemas de vacunación, mantengan buenas prácticas de higiene, y, de ser posible, eviten conglomeraciones innecesarias.
Además, se está trabajando en coordinación interinstitucional (gobierno, servicios médicos, protección civil) para garantizar atención médica oportuna, aislamientos rápidos en caso necesario y control de riesgos sanitarios, con el fin de que el Mundial sea una celebración segura y saludable.
Porque en eventos como este —celebración, emoción y deporte— la salud no puede quedar de lado: estar preparado puede marcar la diferencia entre disfrutar el Mundial y enfrentar una emergencia.



















