Cada diciembre, México entra en una temporada donde la convivencia, las tradiciones religiosas y las celebraciones familiares forman un puente festivo que une el final y el inicio del año. Entre luces, posadas y aromas típicos, surge una de las expresiones más populares para describir este periodo: el conocido Maratón Guadalupe-Reyes.
Aunque no aparece en ningún calendario oficial, el término es ampliamente usado para referirse al tramo que va del 12 de diciembre al 6 de enero. Durante estas semanas, las actividades se multiplican: peregrinaciones, posadas, cenas especiales, reuniones familiares, Nochebuena, Año Nuevo y, finalmente, la llegada de los Reyes Magos. Para muchos, se trata de un tiempo de descanso y unión que combina fe, costumbres y fiesta.
El origen del nombre es relativamente reciente. En la década de 1990, las autoridades del entonces Distrito Federal implementaron un operativo llamado Guadalupe-Reyes para brindar seguridad a los peregrinos que visitaban la Basílica de Guadalupe el 12 de diciembre, así como para vigilar la intensa actividad comercial del 5 y 6 de enero, cuando millones de familias se preparan para recibir a los Reyes Magos. El programa concluía precisamente el Día de Reyes. Con el tiempo, los habitantes adoptaron este término como manera humorística de referirse a la cadena ininterrumpida de festejos.
Así, lo que comenzó como un operativo de seguridad se transformó en una expresión cultural que resume uno de los periodos más celebrados del año. Y aunque oficialmente termina el 6 de enero, hay quienes deciden alargar el “maratón” hasta el 2 de febrero, Día de la Candelaria, para cerrar la temporada con tamales y convivencia.



















