La revelación de los precios oficiales de las entradas para la Copa Mundial de la FIFA 2026, que se disputará en Estados Unidos, México y Canadá, ha desatado una ola de reacciones negativas entre aficionados y organizaciones de seguidores de todo el mundo.
Según las listas de precios publicadas por diversas federaciones —como la alemana—, los boletos para la fase de grupos oscilan entre aproximadamente $180 y $700 dólares, mientras que los precios para la final pueden llegar hasta casi $8,700 dólares por entrada en las categorías más altas. Estos importes están muy por encima de las cifras prometidas originalmente por la FIFA y las metas planteadas durante la candidatura del torneo.
Grupos de aficionados, como Football Supporters Europe (FSE), han calificado estas tarifas como “extorsivas” y un “monumental traición” a la tradición del Mundial, argumentando que las entradas asequibles han sido eclipsadas por un sistema de precios variables que prioriza los ingresos sobre la accesibilidad para los seguidores apasionados.
A pesar de la controversia, la demanda sigue siendo alta: según FIFA, durante las primeras 24 horas de la tercera fase de venta se recibieron millones de solicitudes de entradas desde más de 200 países, reflejando el enorme interés global por el torneo.
La situación también ha generado comentarios humorísticos y de sorpresa entre figuras del deporte y la cultura general, y ha abierto el debate sobre si este modelo de precios podría excluir a aficionados tradicionales del mayor evento futbolístico mundial.



















