El gobierno de Estados Unidos ha comenzado a utilizar información de pasajeros aéreos para facilitar operativos de detención y deportación de personas migrantes, de acuerdo con un reportaje del New York Times. Los datos, recopilados originalmente con fines de seguridad aérea, están siendo compartidos con agencias migratorias para ubicar a personas con órdenes de deportación.
La información proviene de registros administrados por la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), los cuales incluyen nombres, rutas y otros datos personales de viajeros. Defensores de derechos civiles han advertido que esta práctica genera preocupaciones sobre privacidad, uso indebido de información y posibles afectaciones a personas sin antecedentes criminales.
Especialistas señalan que esta estrategia amplía el alcance de las políticas migratorias, ya que permite rastrear movimientos internos dentro del país, incluso de personas que no representan un riesgo para la seguridad nacional. Las autoridades, por su parte, sostienen que el uso de estos datos es legal y forma parte de los esfuerzos para hacer cumplir la ley migratoria.
