En Sídney, Australia, Miles de personas se reunieron este domingo en Bondi Beach y otros puntos del país para rendir homenaje a las víctimas del ataque antisemita ocurrido hace una semana durante una celebración de Jánuca, que dejó al menos 15 muertos y decenas de heridos. La conmemoración, marcada por la solidaridad y el luto, se realizó bajo estrictas medidas de seguridad y reflejó la profunda conmoción nacional.
La vigilia, que congregó a más de 10,000 asistentes, incluyó momentos de silencio, encendido de velas y homenaje a quienes perdieron la vida en el tiroteo dirigido contra la comunidad judía. Las autoridades australianas declararon el día como una jornada nacional de reflexión en memoria de los fallecidos.
Entre los presentes estuvo el primer ministro Anthony Albanese, quien asistió a la ceremonia con una kipá, aunque fue abucheado por parte de la multitud —crítica que algunos atribuyen a la percepción de insuficiente acción contra el antisemitismo antes del ataque.
Líderes comunitarios, religiosos y ciudadanos de diferentes orígenes también pidieron unidad, condenaron la violencia y resaltaron la importancia de combatir el odio y la intolerancia. Representantes de diversas comunidades hicieron llamados a mantener la cohesión social y a rechazar todos los actos de violencia dirigidos contra grupos específicos.
Este ataque, uno de los más graves de su tipo en Australia en décadas, ha desencadenado debates sobre políticas de control de armas y medidas más amplias contra el antisemitismo, con líderes políticos y grupos de la sociedad civil abogando por investigaciones e iniciativas concretas para prevenir futuros actos de odio.