Redacción / Grupo Marmor
En los países tropicales, la Navidad se vive en un ambiente veraniego, donde el calor y el sol sustituyen a la nieve, pero sin perder el espíritu festivo. Las celebraciones combinan tradiciones occidentales con costumbres locales, dando lugar a formas únicas de convivir durante estas fechas.
En lugares como Brasil, Australia, Hawái y el Caribe, es común que las familias celebren con actividades al aire libre, como picnics, barbacoas o reuniones en la playa. Ciudades como Río de Janeiro se llenan de festejos junto al mar, mientras que el clima cálido permite prolongar las celebraciones hasta altas horas de la noche.
Las decoraciones también reflejan el entorno tropical. En países como Jamaica, los pinos navideños son reemplazados por árboles locales, mientras que en Filipinas destacan los tradicionales faroles en forma de estrella, conocidos como Parol, elaborados con bambú, conchas o fibras naturales, iluminados con luces de colores.
La música y la gastronomía juegan un papel central. Ritmos tropicales animan las reuniones familiares y comunitarias, como ocurre en República Dominicana, acompañados de platillos típicos de la región, entre ellos el lechón, frutas frescas y recetas locales. Misas, encuentros familiares y celebraciones comunitarias se realizan bajo el sol o en climas cálidos, fusionando la alegría del verano con el significado tradicional de la Navidad.



















