La ciudad amaneció este jueves con un ambiente inusualmente tranquilo, luego de las celebraciones de Nochebuena. Desde las primeras horas del día, calles semivacías, poco tránsito vehicular y escasa actividad comercial marcaron el paisaje urbano.
En avenidas principales y zonas habitualmente concurridas, el sonido del tráfico fue sustituido por el silencio y la calma, reflejo de una jornada de descanso para muchas familias que permanecen en casa tras la cena navideña. Comercios cerrados o con horarios reducidos y paradas de transporte con baja afluencia reforzaron esta imagen de serenidad.
El clima fresco y el cielo despejado acompañaron la postal matutina, generando una atmósfera apacible que contrasta con el ritmo acelerado que suele caracterizar a la ciudad. Para algunos, fue una oportunidad de salir a caminar con tranquilidad; para otros, un momento de pausa antes de retomar las actividades habituales.
Así, la ciudad vive una pausa navideña, donde el descanso y la calma se apoderan del espacio urbano, al menos por unas horas, antes del regreso gradual a la normalidad.


















