Durante la temporada navideña, el aumento en la generación de residuos y el consumo energético asociado a las actividades festivas representa un desafío ambiental relevante. Diversos estudios recientes señalan que, durante estas fechas, se incrementan de forma considerable las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) y la producción de basura, derivadas principalmente del uso intensivo de iluminación decorativa, el consumo de bienes y el desperdicio de alimentos.
Investigaciones sobre huella de carbono indican que una persona puede generar hasta 650 kilogramos de CO₂ durante el periodo navideño, lo que equivale aproximadamente al 5.5% de sus emisiones anuales. Este aumento se relaciona con viajes, mayor consumo energético en hogares y comercios, así como la producción y transporte de regalos y alimentos.
En cuanto a residuos sólidos, estadísticas ambientales señalan que durante las fiestas decembrinas la generación de basura puede aumentar hasta un 25% en comparación con otros meses del año. Una parte significativa corresponde a envolturas de regalos, plásticos de un solo uso, decoraciones temporales y restos de alimentos que terminan en rellenos sanitarios.
El consumo de energía eléctrica también registra un repunte notable. Datos de observación satelital y reportes de autoridades ambientales muestran un incremento en el uso de iluminación nocturna en zonas urbanas durante diciembre, asociado principalmente a adornos luminosos y eventos comerciales.
Asimismo, organismos ambientales advierten sobre el desperdicio de alimentos durante las celebraciones, un fenómeno que contribuye al aumento de residuos orgánicos y a mayores emisiones de gases de efecto invernadero durante su descomposición.
El impacto ambiental de las celebraciones navideñas está estrechamente vinculado a patrones de consumo intensivo propios de la temporada. La difusión de información basada en datos actuales permite dimensionar estos efectos y promover una reflexión informativa sobre la relación entre festividades y sostenibilidad ambiental.