Tras las celebraciones navideñas, millones de hogares en México conservan alimentos preparados que, si no se almacenan y recalientan de forma adecuada, pueden representar un riesgo para la salud. Autoridades sanitarias y organismos internacionales advierten que la correcta refrigeración, el manejo higiénico y el recalentado seguro son claves para prevenir intoxicaciones alimentarias.
Riesgos de intoxicación por alimentos mal conservados
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Secretaría de Salud señalan que los alimentos cocidos que permanecen a temperatura ambiente por más de dos horas pueden favorecer el crecimiento de bacterias como Salmonella, Listeria y Escherichia coli. Estos microorganismos pueden provocar síntomas como diarrea, vómito, fiebre y dolor abdominal, especialmente en niñas y niños, personas adultas mayores y quienes tienen sistemas inmunológicos comprometidos.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los platillos típicos de la temporada —como carnes rellenas, pavo, romeritos, ensaladas con mayonesa y salsas— requieren especial atención, ya que combinan ingredientes de alto riesgo si no se mantienen a temperaturas seguras.
Tiempos adecuados de refrigeración
Las autoridades sanitarias recomiendan refrigerar los alimentos sobrantes lo antes posible, idealmente dentro de las primeras dos horas posteriores a su preparación o servicio. El refrigerador debe mantenerse a una temperatura igual o menor a 4 °C.
En términos generales, los alimentos cocidos pueden conservarse de forma segura entre 3 y 4 días en refrigeración. En el caso de carnes y aves, Cofepris aconseja almacenarlas en recipientes herméticos y etiquetarlos con la fecha de preparación para evitar consumos fuera de tiempo.
La FAO sugiere dividir grandes porciones en recipientes pequeños antes de refrigerar, lo que permite un enfriamiento más rápido y reduce el riesgo de proliferación bacteriana.
Recalentado seguro: un paso clave
Recalentar correctamente no solo mejora el sabor, también reduce riesgos sanitarios. La Secretaría de Salud indica que los alimentos deben recalentarse hasta alcanzar una temperatura interna suficiente para que “salga vapor de manera uniforme”. En términos prácticos, se recomienda que el alimento esté muy caliente en todas sus partes y no solo en la superficie.
Es importante recalentar únicamente la porción que se va a consumir y evitar hacerlo más de una vez, ya que los ciclos repetidos de enfriamiento y calentamiento aumentan el riesgo de contaminación. Asimismo, se debe desechar cualquier alimento con olor, color o textura inusuales.
El manejo adecuado de los alimentos sobrantes de Navidad es una medida sencilla y efectiva para proteger la salud familiar. Seguir las recomendaciones oficiales sobre refrigeración, tiempos de consumo y recalentado seguro permite aprovechar los platillos preparados sin poner en riesgo a las personas, especialmente en una temporada donde el consumo de alimentos preparados en casa es elevado.



















