Tras las celebraciones de fin de año, el 25 de diciembre se presenta como un punto de reinicio para retomar hábitos saludables relacionados con la alimentación, la actividad física, la hidratación y el descanso. Instituciones de salud en México y organismos internacionales coinciden en que este periodo facilita la reorganización de rutinas y la prevención de riesgos asociados a los excesos.
Durante las semanas previas, las reuniones familiares y los cambios en los horarios suelen modificar los patrones cotidianos. De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el consumo elevado de alimentos altos en azúcares, grasas y sodio, así como la reducción de la actividad física, pueden impactar temporalmente en el peso corporal, la presión arterial y los niveles de glucosa.
Especialistas del IMSS señalan que retomar una alimentación equilibrada desde el 25 de diciembre permite evitar que los excesos se prolonguen. La recomendación institucional incluye priorizar verduras, frutas, cereales integrales y proteínas magras, además de mantener porciones adecuadas y horarios regulares de comida.
En el ámbito académico, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha subrayado que la actividad física no requiere comenzar con rutinas intensas. Investigadores universitarios explican que caminatas diarias, estiramientos o ejercicios de bajo impacto favorecen la adherencia a largo plazo y reducen el riesgo de abandono por fatiga o lesiones. La clave, indican, es la constancia y la progresión gradual.
La hidratación y el descanso también forman parte del reinicio saludable. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda mantener una ingesta suficiente de agua simple y restablecer horarios de sueño regulares para apoyar la función metabólica y el sistema inmunológico. Dormir entre siete y ocho horas por noche en adultos se asocia con mejor regulación del apetito y mayor energía para la actividad diaria.
El 25 de diciembre, además, marca el cierre del periodo festivo más intenso, lo que facilita la planificación semanal y el retorno a rutinas laborales o escolares. Para las autoridades sanitarias, este momento es oportuno para establecer metas realistas y medibles, evitando cambios extremos que puedan generar efectos adversos.
Retomar hábitos saludables a partir del 25 de diciembre permite encauzar el cierre del año hacia la prevención y el bienestar. Alimentación balanceada, movimiento regular, hidratación adecuada y descanso suficiente son pilares respaldados por instituciones de salud que pueden incorporarse de manera gradual y sostenida.



















