Naomi Carmona / Grupo Marmor
Morelia, Michoacán.- El nombre de Jessica González Villaseñor, retumbó en el centro de Morelia. Hoy a un año de su brutal feminicido, su familia, amigos, amigas cientos de mujeres y algunos hombres, gritaron una, dos, tres y todas la veces necesarias su nombre, para hacer perdurar el feminicido que marcó a toda una ciudad y que hasta el día de hoy no se ha resuelto.
Desde temprana hora, su familia acudió a todas las fuentes ubicadas en el primer cuadro de la ciudad, tiñeron sus aguas de rojo y dejaron un mensaje contundente para las autoridades: Michoacán apesta a sangre.
La congregación de las manifestantes comenzó antes de las 18:00 horas como se había programado. Muchas vestidas de negro, la mayoría con pañuelos morados que representan sororidad, pero todas y todos con el mismo objetivo: exigir celeridad en el caso de feminicido de “Jessi”, que permanece detenido por un par de amparos que interpuso el equipo de defensores del presunto feminicida, Diego Urik N.
Verónica Villaseñor exige disculpa pública al gobernador
Cristo González y la señora Verónica Villaseñor tomaron el megáfono; hubo rabia, enojo y lágrimas en su mensaje.
Fue entonces que la madre de Jessi se dirigió directamente al gobernador, Silvano Aureoles Conejo:
“Le exijo públicamente al señor gobernador, que se retire dignamente y que nos de una disculpa pública a nosotros como familia y a ustedes -las mujeres- por el mensaje que les está dejando, y espero que el señor presidente voltee y vea lo que estamos viviendo qué la gente se dé cuenta.
“Es tan triste escuchar que el estado no me cuida, me cuidan mis amigas, y es la realidad que estamos viviendo”.
Con lágrimas y la voz cortada, Cristo agradeció a todas las que se dieron cita en el lugar. “Cuando vi el cuerpo y vi la brutalidad con la que habían dejado, le prometí que no nos íbamos a cansar. Ustedes nos han ayudado a mantenernos”.
Quedó marcado el Palacio de Gobierno
La Avenida Madero quedó pintada con miles de manos rojas que las ahí presentes fueron grabando.
Mientras que al edificio central del Poder Ejecutivo michoacano, le escurría la tinta color sangre, pues el bloque negro de las colectivas feministas hizo presencia lanzando globos llenos que pintura que explotaron al hacer contacto con el Palacio de Gobierno.
Posteriormente se dió paso a fogón en medio de la calle. Cristo González se encargó de organizar a la manifestantes, quiénes una a una quemaron hojas de papel impresas con el rostro de Diego Urik N., presunto feminicida de la joven maestra.
Aún hay una enorme manta que que bloquea la puerta de Palacio de Gobierno; “Hoy hace un año me quitó brutalmente mi vida y aún no tengo justicia”, es y seguirá siendo el mensaje de la familia de Jessica González Villaseñor, hoy y hasta que las autoridades dejen de ser omisas.