Kate Arizmendi | Grupo Marmor
Morelia, Michoacán.- La flor de cempasúchil era considerada por los mexicas como un símbolo de vida y muerte, su color amarillo era asimilado con el sol, razón por la que la utilizaban en las ofrendas dedicadas en honor a sus muertos.
El 1 y 2 de Noviembre se celebra y recuerda en México a quienes ya no están en este mundo, son días en los que podemos apreciar el color y olor más intenso de la flor, en Tarímbaro este olor se mezcla con el de tierra y pasto, los sembradíos de cempasúchil están en todo su esplendor.
Eladio Vázquez, poblador de el Colegio, Tarímbaro, ha continuado la tradición de la siembra de flores de muertos, siguiendo los pasos de su padre y su abuelo, ambos productores de cempasúchil, flor de mota y nube.
En esta temporada los paisajes se tiñen de amarillo, por la vistosa presencia de la flor que prepara el festejo de la fiesta más importante para los michoacanos.
Este 2021 representa para Eladio y todos los productores el resurgimiento de una tradición, por la pandemia sus cosechas no fueron aprovechadas hace un año, sin embargo, en esta ocasión las ventas se han triplicado y con ello la esperanza de una buena temporada.
“Se ven los cambios en cuanto a la venta, pero también en cuanto a los costos, la producción aumentó de precio y por ende la flor ahora es más costosa, hace unos años todavía vendíamos ramos por $12 pesos, ahora no bajan de $50 pesos”, explicó.
Algo que caracteriza a estos sembradores es su cercanía con los
compradores de flores “hay quienes vienen y compran 500 ramos, pero también familias que se acercan a comprar sólo uno o dos, pero los eligen directo del campo”, para él es una experiencia reconfortante.
Para el señor Eladio su labor es digna de orgullo, le llena de emoción saber que sus flores, las cuales con tanto esmero cuido, sean parte fundamental de las tradiciones michoacanas.
En Tarímbaro hay tres comunidades que se dedican a la siembra y cosecha de flores de muertos, en la entidad ocupan la posición número 3 por dicha producción.