A su estilo, como en las canchas, Cuauhtémoc Blanco responde a sus adversarios políticos: “Acá está papá, no les tengo miedo”, y arremete contra Jesús Alberto Capella Ibarra, excomisionado de Seguridad Pública y el exmandatario estatal Graco Ramírez (2012-2018), ambos señalados por el gobernador como presuntos responsables de orquestar la “guerra sucia” en su contra.
Blanco encabezó una gira de trabajo en zona oriente luego de una quincena turbulenta para su administración, tras la publicación de una fotografía donde aparece con tres líderes del crimen organizado, y afirma que hay muchos que quieren adelantar la sucesión de 2024 mediante su salida anticipada del cargo.
“Muchos cabrones quieren que me vaya, pero no me voy a ir. Muchos narcopolíticos y la política que le ha hecho daño al estado, quiere que me vaya, pero aquí sigo firme. Que les quede clarito: a mí no me van a apantallar, ni amenazar. Por eso el estado está así en pobreza y en delincuencia organizada”, expresó.
De Capella afirmó que desde que llegó con Graco Ramírez en abril de 2014 cometió muchas irregularidades. “Yo se lo comenté al gobernador de Quintana Roo (Carlos Joaquín González) cuando se lo llevaron para allá: ‘tenga cuidado porque este (Jesús Capella) estaba metido con gente de la delincuencia organizada y pactó con ellos’. Y lo mismo que hizo aquí en Morelos lo hizo allá en Quintana Roo”, dijo.
A Blanco Bravo nadie le quita la idea de que el exgobernador Graco Ramírez y Capella Ibarra fueron cómplices de Santiago Mazari, El Carrete, líder de Los Rojos, y en ese sentido dijo que lo único que pide a la Fiscalía General de la República es que sea contundente con las investigaciones, que la carpeta no se quede bajo la mesa.
Sobre la petición de Bryan LeBarón al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para investigar a los gobernadores de Morelos y Veracruz, por sus posibles nexos con el crimen organizado, Cuauhtémoc Blanco afirmó que su confianza está depositada en las autoridades federales y no tiene que ir a los Estados Unidos para ser objeto de una investigación. “Yo confío totalmente en las autoridades federales, en las estatales nunca confiaré porque hay muchas complicidades ahí”, dijo en clara referencia a los fiscales general y el Anticorrupción, Uriel Carmona y Juan Salazar.
El gobernador se dio tiempo para afirmar que los políticos que lo atacan están ‘hambreados’ para agarrar un hueso, para seguir fastidiando a la gente:
“Esos políticos que se aventaron las elecciones anteriores (2021), esos mismos hambreados quieren seguir con otro hueso. Ya están enterrados y quieren otra vez salir a buscar un puestito, llámese diputado, presidencia municipal, senador, hasta mi mesa quieren. A mi quedan tres años.
“Yo no me enfermo de poder. El poder nunca se me ha subido. Fama tuve, siempre he sido la misma persona, humilde, sencilla, yo no me mareo, pero estos políticos se marean por una maldita silla. Lo único que le pido a la gente que piense para el 2024 las cosas, son los mismos políticos de siempre, de toda la vida que quieren otro huesito”, afirmó.